martes, 15 de febrero de 2011

Seguridad, energía, cambio climático y cebollas

Manuel Marín explica que el cambio climático es “un problema que tiene varios envoltorios, varias capas superpuestas como en el clásico ejemplo de la cebolla”: envoltorios de naturaleza económica, geopolítica y geoestratégica, relativos al modelo económico y a la seguridad.
El ex presidente del Congreso escribe estas frases en el prólogo del libro “Seguridad, modelo energético y cambio climático”, publicado por el Instituto Español de Estudios Estratégicos, del Ministerio de Defensa. Se trata de una recopilación de estudios en los que se aborda el medio ambiente desde la perspectiva de la seguridad nacional y el modelo energético.
El propio Marín afirma que se trata de un enfoque poco “agradable” para aquellos que piensan que el calentamiento global debe tratarse “con la lógica aparente más noble de la defensa del medio ambiente”. Sin embargo, y utilizando de nuevo sus palabra, la realidad nos está demostrando que esa lógica no es suficiente para encontrar una solución global.
Con esta perspectiva, el hilo argumental del volumen parte de dos conceptos fundamentales: los nuevos equilibrios de poder y las interdependencias energéticas. Respecto a los primeros, el estudio parte de la premisa de que el centro de gravedad político, económico y financiero se ha desplazado hacia la región Asia-Pacífico: el mundo ya no es eurocéntrico.
En cuanto al apartado energético, la relación que hace Marín de las tendencias que definen sus interdependencias es muy reveladora.
  • Los recursos energéticos están siendo progresivamente dominados y controlados por empresas estatales. 
  • El riesgo, que ha sido confirmado, de la utilización creciente de los recursos energéticos para obtener objetivos políticos.
  • La seguridad está vinculada a la exigencia del desarrollo sostenible y al fenómeno del calentamiento global.
  • En los próximos decenios China e India dominarán los mercados energéticos. 
  • Los bajos precios del petróleo no volverán.

Volviendo a lo de las cebollas, al leer esas líneas me ha venido a la memoria el memorable diálogo entre Shrek y Asno, en el que el primero explica que los ogros son como las cebollas, a lo que el burro contesta “ah, claro, que cuando se abren te da por llorar”.

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