adelantos científicos.
No es el caso sin embargo del tema que hoy me ocupa, pese a lo que podría parecer a primera vista. El dicho al que me refiero rezaba “por San Blas, las cigüeñas verás y si no la vieres, año de nieves”, lo que venía a informar de la fecha estimada de llegada de estas aves y, sobre todo, del final del invierno.
Sin embargo, hace tiempo que las cigüeñas han decidido quedarse todo el año por estos lares y no precisamente porque los inviernos sean menos fríos: su grueso plumaje les protege de las inclemencias meteorológicas. La razón es más prosaica, aunque también relacionada con la actividad humana: se trata de los basureros urbanos, una fuente inagotable de alimentos para la Ciconia ciconia. Gracias a ellos no necesitan irse a otras tierras en busca del sustento diario, al parecer el único motivo por el que abandonaban nuestras ciudades.
Las imágenes que acompañan este texto, y en realidad motivo por el que lo escribo, fueron tomadas por Andrea hace unos días en Alcalá de Henares, en un día luminoso de invierno en el que las cigüeñas se empeñaron en ilustrar con sus crotoreos y sus vuelos rasantes sobre los tejados centenarios.
También ha cambiado la percepción social de la información del tiempo. La lluvia, la nieve, el calor, el granizo o una borrasca son noticias de sumario en televisión y en internet. Los tiempos cambian con el cambio del tiempo.
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